Los disparos contra manifestantes, que están contribuyendo al aumento vertiginoso del número de muertos en Kiev, son motivo de profunda preocupación y deben dar lugar a una reacción rápida para llevar ante la justicia a todos los responsables; así lo ha afirmado Amnistía Internacional.Según el Ministerio de Salud, al menos 35 personas han sido víctimas de homicidio como consecuencia de la rápida escalada de la violencia en las últimas 48 horas, sobre todo en la zona que rodea la plaza de la Independencia (Maidán) de Kiev. Los actos de violencia son obra de algunos manifestantes así como de las fuerzas de seguridad. Por su parte, el Ministerio del Interior ha informado de que 20 agentes de policía han muerto. No obstante, según información difundida por el New York Times, la oposición reporta el número de muertos entre 70 y 100.Cada vez hay más indicios de la actuación de grupos parapoliciales en colusión con la policía en todo el país, así como informes que indican que podrían ser los responsables de algunas muertes por disparos. A varios manifestantes, periodistas y profesionales de la salud, que claramente no representaban una amenaza para la policía antidisturbios, les dispararon a distancia."Esta pérdida de vidas sin sentido es muy preocupante. Las autoridades ucranianas deben adoptar todas las medidas a su alcance para prevenir y poner fin al uso ilegítimo de la fuerza y las armas de fuego por parte de los agentes de policía y de cualquier grupo parapolicial que actúe en connivencia con ellos. Todos los responsables deben comparecer ante un tribunal", ha dicho John Dalhuisen, director del Programa de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central."Ante el anuncio del Ministerio del Interior de que a partir de ahora la policía portará armas de fuego, es fundamental que sólo se distribuyan tales armas a los agentes bien entrenados en su uso, y que sólo se utilicen como último recurso en defensa propia o de otras personas frente a la amenaza inminente de muerte o lesión grave."