Tras dos años y medio, los ojos del mundo están puestos en Estambul ante esta esperada sentenciaCelebridades y personalidades de la política se suman a dos millones de personas que exigen justiciaUna delegación de alto nivel de Amnistía Internacional escuchará el fallo contra el expresidente y la exdirectora de la organización en Turquía

Se espera que mañana se dicte sentencia en las causas judiciales de 11 defensores y defensoras de los derechos humanos, entre quienes figuran antiguos dirigentes y varios miembros de Amnistía Turquía, que llevan más de dos años y medio luchando contra cargos falsos y que podrían ser condenados a penas de hasta 15 años de cárcel si son declarados culpables.

Con motivo de la vista, que se reanuda mañana en Estambul, Amnistía Internacional ha declarado que sólo la absolución de todas estas personas haría justicia a los 11 activistas detenidos el verano de 2017 por cargos infundados de terrorismo. Ente los defensores y defensoras de los derechos humanos juzgados figuran el expresidente de Amnistía Turquía, Taner Kılıç; su exdirectora, Idil Eser, y varios miembros más de Amnistía Turquía.

“La difícil situación de estos y estas activistas muestra que Turquía se ha convertido en un país donde defender las libertades de otras personas puede costarte tu propia libertad y donde se criminaliza la lucha por los derechos humanos. Esta sentencia es una prueba de fuego para el sistema de justicia de Turquía; exigimos que se ponga fin ya a esta prolongada saga de injusticias”, afirmó Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa.

“Desde el momento en que fueron detenidos, quedó claro que se trataba de un enjuiciamiento de motivación política encaminado a silenciar a la sociedad civil independiente dentro de Turquía. Tras meses en prisión y años ante los tribunales, y sin que se haya presentado ninguna prueba creíble para justificar los cargos formulados contra ellos, cualquier sentencia que no sea la absolución total para los 11 activistas sería un escándalo.”

En el curso de diez vistas judiciales, las acusaciones de “terrorismo” formuladas contra los 11 procesados y procesadas han sido refutadas categóricamente, incluso con las propias pruebas de la fiscalía. El intento de la acusación de presentar actividades de derechos humanos legítimas como actos ilegítimos ha fracasado estrepitosamente. La sentencia debe reflejar esa realidad.

Desde 2017, más de dos millones de personas de todo el mundo se han sumado a la petición de justicia para estas 11 personas, entre ellas, veintenas de figuras del mundo artístico, como Ben Stiller, Whoopi Goldberg, Edward Snowden, Peter Gabriel, Sting, Ai Weiwei, Anish Kapoor, Catherine Deneuve y Angélique Kidjo.

En una carta abierta escrita en 2017, cuando los 11 estaban aún en prisión, decenas de personalidades afirmaron: “Cuando se amordaza a defensores y defensoras de los derechos humanos, todos nuestros derechos se ponen en peligro. Son las personas que salen en nuestra defensa. Ahora nos toca a nosotros defenderlas a ellas”.

Tras más de 14 meses en prisión, Taner Kılıç salió en libertad bajo fianza en agosto de 2018. Ocho de las diez personas restantes pasaron casi cuatro meses cada una entre rejas antes de quedar en libertad bajo fianza en octubre de 2017. Pero miles de personas más atrapadas en la profunda y amplia represión de la disidencia de Turquía siguen en la cárcel.

Los ataques contra defensores y defensoras de los derechos humanos han aumentado durante la oleada de represión que atenaza Turquía desde la tentativa de golpe de Estado de 2016. Las medidas enérgicas adoptadas por el gobierno tras el golpe se han traducido en una agresión constante contra la sociedad civil que ha desembocado en el cierre de más de 1.300 ONG y 180 medios de comunicación, y el despido arbitrario de casi 130.000 funcionarios y funcionarias públicos.

“La importancia de la sentencia llega mucho más allá de la sala del tribunal. La absolución de estos 11 defensores y defensoras de los derechos humanos debería anunciar el comienzo del fin de la represión de la sociedad civil y el restablecimiento del respeto a los derechos humanos en Turquía”, concluyó Marie Struthers.

Los ojos del mundo estarán en la sala del tribunal. Cualquier sentencia que no sea una absolución será un escalofriante recordatorio de que la verdad y la justicia se han convertido en conceptos extraños en Turquía. Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa
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