En Siria, cada semana, se secuestra a personas en sus casas, despachos, automóviles y mercados.

En tan sólo cuatro años, decenas de miles de hombres, mujeres, niños y niñas han desaparecido a manos del gobierno. ¿Dónde están?

Miles han muerto en prisiones inmundas de todo el país, a consecuencia de las torturas, las enfermedades y las atroces condiciones de reclusión. Innumerables más permanecen hacinadas en celdas, entre ellas niños y niñas de tan sólo dos años.Las familias buscan desesperadamentecualquier información sobre sus seres queridos. Quieren saber por qué se llevaron a su hijo, dónde retienen a su hija, si su hermano está siendo torturado o si su padre sigue vivo.Y alguien conoce la respuesta.Presidente Asad, díganos dónde están. Deje que observadores internacionales independientes entren en el país y visiten los lugares donde esa gente está siendo retenida.Las familias tienen derecho a saber: desconocen el paradero de sus seres queridos, y los echan de menos.

Tortura y muerte: bienvenidos a las celdas de Siria

"Uno de los peores métodos de tortura que vi era la 'silla alemana'. Se ata a una persona a la silla, y luego se empuja el respaldo hacia delante. Hubo gente que se partió en dos. Su columna vertebral no soportó la presión."Raneem Matouq describe el tiempo que pasó detenida el año pasado. Esta estudiante de Bellas Artes, de 24 años, fue secuestrada por las autoridades sirias en febrero de 2014. Durante dos meses, su familia no supo siquiera si estaba viva.
Hubo gente que se partió en dos. Su columna vertebral no soportó la presión.
Raneem Matouq
Salaheddin al Tabbaa, estudiante de odontología, de 22 años, de Damasco, murió de un ataque cardíaco mientras estaba bajo custodia este mismo año. Al menos eso fue lo que las autoridades dijeron a sus seres queridos tras meses de búsqueda desesperada e infructuosa. Sin embargo, a su familia y amigos les resultó difícil de creer. "Salah nunca había tenido problemas de corazón. Jugaba al baloncesto y se esforzaba por mantenerse en forma."A Salaheddin le habían dado el alto unos agentes y se lo habían llevado del taxi en el que viajaba en septiembre de 2014. En julio, a su familia le dijeron que lo habían enterrado en una fosa común.
Nos resulta durísimo pensar que no va a volver.