El último naufragio de una embarcación con refugiados y migrantes en el Mediterráneo, en el que se teme que hayan perdido la vida cientos de personas, es una tragedia creada por el hombre que podría haberse evitado perfectamente, ha dicho Amnistía Internacional.
Una embarcación que podía transportar a cientos de refugiados y migrantes, según la guardia costera italiana, naufragó esta mañana frente a las costas de Libia. La nave había enviado un mensaje de socorro al Centro Coordinador de Salvamento Marítimo (CCS) de Roma, que pidió a un mercante portugués que atendiera la llamada.La operación de salvamento, en la que participan 17 embarcaciones y varias aeronaves, continúa, y la guardia costera informa de que hasta ahora han sido rescatadas 28 personas y se han recuperado 24 cadáveres."Estamos asistiendo en el Mediterráneo a una tragedia creada por el hombre de terrible magnitud. Estas últimas muertes en el mar conmocionan, pero no sorprenden", ha dicho John Dalhuisen, director del Programa Regional para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional."Los barcos mercantes y sus tripulaciones han intentado valientemente cubrir el vacío producido por la carencia crónica de equipos especializados de búsqueda y salvamento, pero no están diseñados, equipados ni entrenados para realizar tareas de salvamento marítimo. Es hora de que los gobiernos europeos se enfrenten a su responsabilidad y creen urgentemente una operación humanitaria plurinacional concertada para salvar vidas en el mar."Nota para los periodistasEl 28 de abril, Amnistía Internacional presentará un nuevo informe que ofrece un análisis en profundidad de la actual crisis e incluye testimonios directos de supervivientes de naufragios en el primer trimestre de 2015. El informe explica con detalle las carencias de las actuales operaciones de búsqueda y rescate frente a lo que sería necesario para abordar la actual crisis humanitaria en el Mediterráneo central.