15 noviembre 2017, 03:01 UTC
Las autoridades rusas intensificarán hoy su control sobre la libertad de prensa en el país con la introducción de un proyecto de ley que designa “agentes extranjeros” a las entidades periodísticas financiadas desde otro país e impone la onerosa obligación de declarar todos los detalles relativos a su financiación, sus finanzas y su personal, ha declarado Amnistía Internacional.
Es probable que esta medida afecte a los servicios rusos de importantes medios de comunicación internacionales, como la BBC, Deutsche Welle y Radio Free Europe/Radio Liberty, así como al diario independiente Novaya Gazeta.
Todos los partidos políticos representados en la Duma —la cámara baja del Parlamento ruso— han expresado su apoyo al proyecto de ley y se espera que éste sea aprobado por unanimidad el mismo miércoles.
“Esta legislación inflige un serio golpe a lo que ya era una situación bastante desesperada para la libertad de prensa en Rusia. En el último par de años, el Kremlin viene construyendo infatigablemente una cámara de resonancia de medios de comunicación que silencia las voces críticas, tanto de dentro del país como del exterior”, ha manifestado Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.
“Los medios de comunicación y periodistas independientes afrontan represalias y corren el riesgo de sufrir ataques casi a diario. Muchos se han visto expulsados del espacio de los principales medios de comunicación rusos. Esta última ley lleva los obstáculos que tienen los medios para trabajar en Rusia a un nivel totalmente nuevo”.
El nuevo proyecto de ley amplía el alcance de la ley de 2013 conocida como ley sobre agentes extranjeros, dirigida principalmente a las ONG, que obligó a cerrar a varias de las organizaciones más prestigiosas y a recortar su labor a muchas más. Una vez que se aprueben las reformas, la “ley de agentes extranjeros” se aplicará también a todos los medios de comunicación extranjeros que trabajan en Rusia, así como a las publicaciones rusas financiadas o que reciban ayuda económica de otro país.
Estos medios tendrán que declarar todos los detalles relativos a su financiación, sus finanzas y su personal, y todo el material que publiquen, incluso en sus propios sitios web y redes sociales, deberá ir marcado como procedente de un “agente extranjero”.
El proyecto de ley también permitirá que la fiscalía general bloquee arbitrariamente el acceso a sitios web de las “organizaciones indeseables”, cuya definición es ambigua.
“Las autoridades rusas han empleado con anterioridad la ‘ley de agentes extranjeros’ para amordazar y estigmatizar a decenas de las ONG más prestigiosas del país”, ha declarado Denis Krivosheev.
“Por desgracia, es probable que ésta sea la suerte que corran ahora los escasísimos medios informativos de Rusia que luchan arduamente por conservar su independencia a través de la financiación extranjera de su trabajo”.
Información general
La cámara baja del Parlamento ruso (Duma) ha explicado que esta medida era una represalia ante la petición del Departamento de Justicia estadounidense de que RT, emisora de televisión financiada por el gobierno ruso, se inscribiera ante las autoridades estadounidenses como “agente extranjero”. En un principio, los defensores de la medida rusa pretendían aplicarla sólo a los medios de comunicación estadounidenses que trabajaban en Rusia, pero posteriormente se amplió para abarcar a todos los medios que operan en Rusia y que reciben financiación de otro país, aumentando así enormemente su alcance.