Las autoridades croatas y eslovenas deben buscar con urgencia soluciones eficaces, ya que no tardarán en sumarse miles de refugiados y solicitantes de asilo a los varios centenares que han quedado atrapados durante la noche entre los puestos fronterizos de ambos países; así lo ha afirmado Amnistía Internacional.
Un equipo de investigación de Amnistía Internacional presente en el lugar entrevistó a múltiples refugiados, quienes contaron que la policía croata había conducido a unas 1.800 personas desde la estación de tren de Èakovec hasta el paso fronterizo de Trnovec hacia las 2.30 de la madrugada, después de que las autoridades eslovenas hubieran impedido el paso del tren a Eslovenia.
En el grupo había cientos de niños que caminaban o eran transportados bajo la lluvia, incluidos bebés con sólo un mes de vida. Llegaron al paso fronterizo unas dos horas más tarde, y allí se encontraron con que una valla y la policía eslovena les impedían la entrada. La policía croata extendió rápidamente una valla provisional por detrás del grupo de personas, haciendo que en la práctica quedaran atrapadas entre ambos países sin refugio ni ayuda humanitaria.
"Es del todo inaceptable que Croacia, Eslovenia y otros países que están en la ruta se laven las manos de toda responsabilidad respecto a los refugiados y solicitantes de asilo que están en la frontera cuando no funcionan los sistemas implantados para ofrecerles protección. Lo cierto es que los dirigentes europeos sabían perfectamente desde hace meses que podía surgir una situación como ésta, y aun así no tomaron precauciones habilitando mecanismos de apoyo", ha afirmado Barbora Èernušáková, investigadora de Amnistía Internacional que se encuentra actualmente en la frontera de Croacia con Eslovenia.
"La policía croata intentó justificar su actuación diciéndonos: 'Es lo que hacen todos, miren a Hungría'. Esta actitud es indignante y peligrosa. Si los Estados miembros de la UE entran en una competición de mínimos en su manera de abordar la crisis de los refugiados, podría crearse un efecto dominó con consecuencias dramáticas para los miles de personas que llegan a diario.
"Los países de la UE deben cooperar para encontrar soluciones viables que respeten los derechos y la dignidad de los refugiados y solicitantes de asilo."
Hoy, la policía eslovena ha empezado a permitir lentamente la entrada de personas en el país, dando máxima prioridad a las familias y los niños. Pero urge encontrar una solución eficaz, ya que al parecer varios miles más han emprendido la ruta hacia el norte que atraviesa Croacia en dirección a la frontera con Eslovenia.