Hace unos años que las oficinas de Amnistía Internacional de cuatro continentes trabajan para apoyar a las personas refugiadas de un modo y en una escala sin precedentes. ¿La meta? Aumentar el número de personas que pueden comenzar su vida en un país seguro. ¿El método? El patrocinio comunitario.
En esencia, el patrocinio comunitario se basa en la idea sencilla pero radical de que la gente corriente como tú puede desempeñar un papel clave ayudando a las personas refugiadas a llegar a un nuevo país y asentarse en él. Esto no sólo te permite trabajar a favor de un cambio positivo en el ámbito local, sino que, además, te incorpora a una comunidad global que está contribuyendo a cambiar la conversación sobre las personas que buscan asilo, incluso en el más hostil de los entornos.
¿Cómo funciona?
Por lo general, las personas que van a ser patrocinadoras tienen que suscribir un acuerdo con su gobierno por el que se comprometen a recaudar los fondos necesarios y asumen la responsabilidad de ayudar en los asuntos logísticos como buscar alojamiento, matricular a los niños y niñas en la escuela y acceder a la atención médica. Las personas patrocinadas suelen esperar meses o años en un lugar en el que no están a salvo o donde no pueden vivir con dignidad; en la actualidad, muchas de ellas viven en países como Bangladesh, Etiopía, Irán, Jordania, Líbano y Turquía.
Programas de patrocinio de país
El modelo de Canadá es el más antiguo del mundo, pues comenzó en 1978 para responder a la crisis de desplazamiento forzado del sudeste asiático tras la guerra estadounidense en Vietnam. Desde que se inició el programa, se ha patrocinado a cientos de miles de personas refugiadas; eso significa que probablemente han participado en estas iniciativas más de un millón de ciudadanos y ciudadanas canadienses corrientes.
En la actualidad, varias de nuestras oficinas nacionales están comprometidas con la promoción del patrocinio comunitario y trabajan con los gobiernos, la sociedad civil y partes interesadas como la Iniciativa Global para el Patrocinio de Refugiados para establecer nuevos programas o hacer que los existentes sean más sostenibles, accesibles y eficaces.
En Argentina, donde han llegado más de 400 personas sirias gracias a un programa establecido en 2014, Amnistía apoya a las comunidades locales para que usen su propio poder como adalides del cambio. La oficina ha desempeñado un papel clave en el fortalecimiento de la sociedad civil y las comunidades implicadas en el patrocinio, lo que culminó con el lanzamiento de la Red Argentina de Apoyo al Patrocinio Comunitario de Personas Refugiadas en 2018.
Amnistía Australia ha visto resultados positivos en todo el país y en todo el espectro político: los principales partidos políticos se comprometieron a mejorar el patrocinio y a aumentar el número de personas que llegaban a través del programa. Alrededor de 30.000 ciudadanos y ciudadanas han prometido su apoyo. Desde el lanzamiento de la campaña My New Neighbour (Mi nuevo/a vecino/a) en marzo de 2018, Amnistía Australia continúa su campaña informativa nacional y ha obtenido compromisos de representantes de todos los estados salvo uno.
El gobierno de Irlanda lanzó su programa de patrocinio comunitario en marzo de 2019. Este éxito da testimonio de la energía y los esfuerzos de Amnistía Irlanda, que se asoció con las principales organizaciones de derechos de las personas refugiadas y migrantes para participar en el diseño de políticas con el gobierno y crear la infraestructura esencial para su viabilidad. Amnistía dirige ahora su atención a movilizar y apoyar a los ciudadanos y ciudadanas para que se conviertan en patrocinadores a través de los grupos locales y redes de Amnistía. En colaboración con las organizaciones asociadas, la oficina está creando una Organización Nacional de Apoyo para el patrocinio comunitario con el fin de reforzar y ampliar el programa en el ámbito nacional y garantizar que el patrocinio comunitario se convierte en un ejemplo exitoso y sostenible de lo mejor de la hospitalidad irlandesa.
En Nueva Zelanda, el gobierno había iniciado un programa piloto y Amnistía fue fundamental para garantizar que se contaba con los actores adecuados mediante la coordinación de las partes interesadas y la formación del voluntariado para convertir el programa en una vía permanente para las personas refugiadas. Como consecuencia de la campaña de Amnistía, 10.000 personas han prometido su apoyo al patrocinio comunitario y se ha identificado a decenas de posibles nuevos grupos de patrocinadores y patrocinadoras. Amnistía Nueva Zelanda mostró un auténtico liderazgo tras el atentado terrorista de marzo de 2019 en Christchurch, que afectó de forma trágica a varias personas que acababan de llegar gracias al patrocinio comunitario. La Sección obtuvo más de 10.000 “mensajes de esperanza” de todo el mundo y luego exhibió de forma destacada muchos de ellos en vallas publicitarias, periódicos y en Internet, mostrando así a la comunidad musulmana amor y apoyo.
En España, Amnistía está contribuyendo a supervisar el incipiente programa del país mediante el cual se inició un plan piloto en el País Vasco en diciembre de 2018. En febrero de 2019, el gobierno comenzó a implementarlo y las primeras familias llegaron en marzo. Desde su lanzamiento, Amnistía España mantiene reuniones con las autoridades para supervisar el programa y estudiar la posibilidad de introducirlo en otras partes del país.
Para crear un movimiento de bienvenida a las personas refugiadas en Estados Unidos, Amnistía Estados Unidos lanzó en junio de 2018 la iniciativa Longer Table (Una mesa más grande). Hoy, Amnistía Estados Unidos está asociada con las nueve Agencias de Reasentamiento nacionales y con casi 75 filiales locales que ofrecen oportunidades de patrocinio comunitario y/o voluntariado. Además, siete grupos de Amnistía se han comprometido a patrocinar a familias y otros 14 grupos están estudiando la posibilidad de hacerlo. Hasta ahora, todas las familias que han llegado proceden de Afganistán.
Enorme progreso
Hay más oficinas de Amnistía trabajando activamente en el desarrollo del patrocinio comunitario en sus respectivos países. Trabajan con valentía en contextos en los que no hay aún precedentes: empiezan conversaciones, exploran posibilidades y desarrollan planes con los que convertir el patrocinio en realidad.
El enorme progreso que hemos hecho en todo el mundo junto con nuestros socios locales e internacionales muestra que incluso en medio de la hostilidad y la desconfianza, las personas corrientes pueden construir comunidades de acogida y esperanza. Y está funcionando: cada vez son más los gobiernos que ven los beneficios del patrocinio comunitario. Únete a una comunidad global y ayúdanos a difundir el mensaje.