El pasado 8 de marzo el Pleno del Congreso del Perú ratificó por unanimidad la Convención Internacional sobre las Municiones en Racimo (conocida como la Convención de Oslo). Este acuerdo internacional busca prohibir el uso, desarrollo, adquisición, almacenamiento, conservación o transferencia de municiones de racimo (armas que han generado y generan un problema humanitario a nivel mundial).Las bombas de racimo (o bombas "cluster", en inglés) es un tipo de bomba de caída libre que, lanzada desde el aire o desde la superficie, al alcanzar una cierta altura se abre dejando caer cientos de sub-municiones o bombetas de diversos tipos: de alto poder explosivo, antipista, antipersona, perforantes, incendiarias … Son un tipo de arma altamente peligrosa ya que es muy imprecisa y no discrimina objetivos. Las sub-municiones, además, a menudo tienen formas de botellitas o juguetes, resultando engañosamente atractivas a la vista.Al ser estado parte de la Convención de Oslo, el Perú tiene las siguientes obligaciones:Declarar y destruir las municiones de racimo almacenadas dentro de los ocho años siguientes a la ratificación;Identificación y limpieza de municiones en racimo zonas contaminadas dentro de los 10 años, yAsistir a las comunidades afectadas y los sobrevivientes de municiones en racimo para que puedan incluirse plenamente en la sociedad y disfrutar de sus derechos humanos fundamentales.Hasta el momento son 111 países que han firmado esta Convención y 69, países incluyendo el Perú, que ya la han ratificado.Las municiones de racimo son una munición ilegal que causan dramáticos problemas humanitario en los países donde se han utilizado.