La violencia en Libia, donde cientos de personas han perdido la vida, entre ellas manifestantes que ejercían su derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión, se ha intensificado de modo alarmante hasta terminar en una crisis de derechos humanos.En toda la región de Oriente Medio y Norte de África, Libia incluida, cientos de miles de personas han tomado las calles en las últimas semanas para reclamar reformas políticas y de derechos humanos en sus países.Demasiadas veces las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas han respondido con violencia y han matado y herido a manifestantes, especialmente en Túnez, Egipto, Bahréin, Yemen, Irán, Irak y Libia, al emplear gases lacrimógenos, balas de goma y munición real.La policía y las fuerzas de seguridad han sido desplegadas con escopetas, lanzagranadas, armas antidisturbios, porras eléctricas, vehículos blindados y camiones policiales.Varios Estados de todas partes del mundo han suministrado armas a estos países.Tú puedes hacer algo para detener la violencia y evitar que las armas sigan llegando a manos de quienes las emplearán para cometer violaciones de derechos humanos.En las negociaciones de las Naciones Unidas sobre el Tratado sobre el Comercio de Armas que tendrán lugar este marzo, Amnistía Internacional pedirá a los gobiernos que impulsen un tratado con la firmeza suficiente para evitar que el horror que ahora vive Libia tenga lugar en otros países en el futuroNecesitamos tu apoyo para exigir un Tratado global sobre el Comercio de Armas que establezca normas estrictas de respeto a los derechos humanos.
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Apoyo la campaña de Amnistía internacional y pido a todos los gobiernos que negocien un Tratado sobre el Comercio de Armas sólido, que proteja derechos, vidas y medios de sustento.Exigo un Tratado sobre el Comercio de Armas a prueba de balas que:
evite que las armas sigan llegando a manos de quienes puedan cometer crímenes de guerra o abusos graves contra los derechos humanos, así como a las de quienes puedan emplearlas para exacerbar la violencia y el crimen armados, la violencia de género y la pobreza;
mantenga bajo control todas las armas, municiones y sus piezas, así como a todas las personas implicadas en su exportación e importación;
que ponga fin al secretismo y a la corrupción presentes en el comercio global de armas;
sea de obligado cumplimiento y sometido a vigilancia, y exigir a los gobiernos que rindan cuentas.