En respuesta a la nueva orden ejecutiva del presidente Trump, que suspende otra vez el programa estadounidense de reasentamiento de refugiados, y establece un veto temporal a cualquier persona de seis países de mayoría musulmana, el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty, ha declarado lo siguiente:
“El empeño del presidente Trump por cerrar la puerta a quienes huyen del mismo terror que él afirma combatir se recordará como uno de los capítulos más oscuros de la historia de Estados Unidos. La idea de que estas medidas redundan en beneficio de la seguridad nacional no resulta en absoluto convincente.
La nueva orden ejecutiva no hace sino incidir en algunos de los aspectos más deleznables de la anterior. Denigra los valores que Estados Unidos ha afirmado defender desde hace tiempo, y amenaza con frustrar las esperanzas de personas refugiadas que iban a ser reasentadas en Estados Unidos.
El hecho de eliminar las ambigüedades existentes en relación con los residentes permanentes no es más que un intento de eludir el control judicial. La lógica antimusulmana de esta orden ejecutiva debe ser evidente para cualquier persona familiarizada con la prolongada campaña de Trump por propagar el temor entre las personas de religión musulmana.
Se trata de familias que han escapado de las ruinas de Alepo, o que han huido de las bombas y del hambre que se ciñe sobre Yemen. Son personas que huyen porque su seguridad está amenazada, y merecen protección.
Estas medidas no favorecerán la seguridad de nadie. Por el contrario, pueden hacerle el juego a violentos extremistas que afirma que el gobierno de Estados Unidos está en guerra con el islam.
El circo publicitario que acompaña todos los movimientos del presidente Trump no debe impedirnos ver cómo se están socavando gravemente compromisos que Estados Unidos asumió hace mucho tiempo en materia de derechos humanos. La nueva orden ejecutiva es un error y es contraproducente, y debemos combatirla sin descanso.”