Crímenes de guerra, matanzas, torturas y otras graves violaciones de los derechos humanos se cometen en todoel mundo hanutilizado una gran variedad de armas, municiones y equipamiento policial y militar. Este armamento es facilitado a los perpetradores de crímenes con una oferta casi ilimitada, que fomenta y prolonga la violencia ilegal.Cada año, cientos de miles de personas son asesinadas, heridas, violadas y obligadas a huir de sus hogares como resultado del comercio global de armas. En el mundo, existe regulación internacional para controlar el comercio de bananas y de huesos de dinosaurios, pero no existe ningún tratado de asegurar el control estricto del comercio internacional de armas convencionales. Los gobiernos de todoel mundo facilitan el comercio de armas, alimentando los conflictos y proporcionándolas donde estas pueden ser utilizadas para cometer abusos y atrocidades.
Esto no puede continuar.
Es urgente contar con un Tratado global sobre el Comercio de Armas que incluya evaluaciones de riesgo rigurosas de todas las propuestas de exportación de armas, de forma que sea un instrumento mediante el que luchar contra las escasamente reguladas transferencias internacionales de armas convencionales y con el que ayudar a poner fin a la devastación que el uso indebido de esas armas inflige a las vidas de la población civil.Ahora un Tratado de Comercio de Armas (TCA) está cerca de ser una posibilidad real. Con miras a su aprobación en julio de 2012, la próxima semana (del lunes 13 al viernes 17 de febrero), todos los gobiernos del mundo -incluido el de Perú- negociarán un texto para el TCA en las Naciones Unidas.Para Amnistía Internacional, es esencial que este texto para el Tratado incluya:
Reglas firmes para proteger los derechos humanos y evitar que las armas y municiones se hagan llegar en las zonas donde se probable que se usen para cometer atrocidades.
Una lista de control que incluya todos los tipos de pistolas, municiones y otras armas ligeras cuyo comercio se debe regular.
Reglas claras para aplicar y monitorear el Tratado, con informes para asegurar su cumplimiento.
Nuestro mensaje es simple: si hay riesgo sustancial de que las armas se exporten a un país donde contribuirán a violaciones a los derechos humanos, la transferencia de armas debe detenerse.¡No más armas para cometer atrocidades!
AntecedentesEn octubre de 2009, la comunidad internacional acordó iniciar las negociaciones para crear un tratado que regulase de forma efectiva el comercio internacional de armas.Tras una campaña internacional encabezada por personalidades galardonadas con el Premio Nobel de la Paz y organizaciones no gubernamentales de todaslas regiones del mundo, entre ellas el movimiento de Amnistía Internacional, 153 Estados votaron a favor de la Resolución 64/48 de la Asamblea Generalde la ONU, en la que se pide a los Estados miembros de las Naciones Unidas el establecimiento de un tratado "firme y sólido" para crear un instrumento "eficaz" que contenga las normas internacionales comunes más elevadas posiblespara la importación, exportación y transferenciainternacional de armas convencionales. Los Comités Preparatorios (PrepCom) de la ONU para el Tratado sobre Comercio de Armas (TCA) se reunieron durante dos semanas en 2010, y de nuevo en 2011, y en sus sesiones participaron la mayoría de los Estados miembros.El último PrepCom de la ONU sobre un TCA (julio de 2011) dio lugar a un texto consolidado de borrador de la presidencia que cubre todas las áreas fundamentales de un futuro TCA (preámbulo, principios, metas y objetivos, criterios, alcance, implementación y disposiciones finales).Del 13 al 17de febrero de 2012se reunirá el PrepCom por última vez, en sesión abierta a todos los Estados miembros, para debatir el borrador de la presidencia sobre el TCA y decidir las disposiciones de procedimiento para la conferencia de negociación prevista del 2 al 27de julio de 2012en la sede de la ONU en Nueva York.Los Estados ahora tienen que acordar si ese borrador se utilizará en la conferenciade negociación de julioy en qué modo. Ese documento podría sentar las bases para las deliberaciones sobre un borrador de texto del TCA que conduzca a la adopción de un tratado eficaz con:
criterios sólidos mediante los cuales se denegará, conforme al TCA, la autorización nacional de una exportación, importación o transferencia internacional de armas convencionales cuando exista un riesgo sustancial de que las armas en cuestión se usen para cometer o facilitar que se cometan violaciones graves del Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) o del Derecho Internacional Humanitario (DIH). Este principio también deberá aplicarse cuando exista un riesgo sustancial de que la transferencia propuesta pueda desviarse a usuarios finales no autorizados u obstaculizar gravemente la reducción de la pobreza y el desarrollo socioeconómico;
una cobertura exhaustiva de las armas y equipamiento conexo abarcado por el ATC que incluya controles de todas las armas, municiones, armamento y materiales conexos destinados al uso potencialmente letal de la fuerza en operaciones militares y policiales, ademásde cualquiera de sus piezas, componentes y accesorios, así como la maquinaria, las tecnologías y los conocimientos técnicos necesarios para la fabricación, el desarrollo y el mantenimiento de esos artículos,
una cobertura detodo tipo de comercio, transferencia y transacciónde armas convencionales (exportaciones, importaciones, reexportaciones, tránsitos, transbordos, importaciones tamporales, transferencias de gobierno a gobierno, regalos, ventas, préstamos, arrendamientos) así como los servicios esenciales necesarios para completar la transacción (corretaje, transporte, financiamiento).
sólidos mecanismos de implementación que proporcionen una regulación robusta de los sistemas de concesión de licencias, transparencia y presentación de informes, y disposiciones de criminalización.[1] El TCA debe incluir mecanismos de implementación para garantizar a) que todas las transferencias se someten a evaluación de riesgos y autorización previas por parte del Estado o Estados pertinentes que participen en la operación, b) que todas las partes que participan en tales transferencias y en las transacciones necesarias para que esas transferencias tengan lugar, están oficialmente registradas como operadores tras exhaustivo escrutinio de los riesgos que pudiera implicar su participación, c) que se mantiene un registro exhaustivo de tales transferencias y transacciones en el que se incluya tanto a las autoridades estatales como a los agentes privados que realizan esas transferencias, y que esos registros se conservan durante 20 años, d) que los informes oficiales sobre todas las transferencias y autorizaciones se hacen públicos anualmente, e) que los Estados Partes se reúnen anualmente para analizar esos informes, f) que cada cinco años se celebran conferencias de revisión del TCA.
En los próximos meses, representantes de algunos Estados influyentes han indicado su intención de ejercer enérgicas presiones para atenuar el borrador dela presidencia. Porejemplo, algunos Estados miembros de la ONU han propuesto que el ATC sólo exija a los Estados que "tomen en cuenta" la posibilidad de que exista un riesgo sustancial de que se comentan violaciones de derechos humanos derivadas de las transferencias, y que no incluya la obligación de que los Estados Partes denieguen autorización para la transferencia si concluyen que ese riesgo existe. Un TCA con ese enfoque sería extremadamente débil porque, aunque la magnitud o gravedad de las violaciones que se estuvieran cometiendo utilizando armas importadasse calificase de "grave" y hubiera un riesgo sustancial de que la transferencia de armas propuesta se utilizase para cometer esas violaciones, el Estado que las suministra no tendría por qué detenerla.Además, representantes de algunos Estados desean limitar en el TCA los tipos de artículos incluidos en la definición de armas convencionales, excluyendo, por ejemplo, la munición o las armas pequeñas.De redactarse de esemodo, el TCA sería de escasa ayuda en la óptima regulación del comerciointernacional de armaso en elcontrol de lastransferencias irresponsables de armas que contribuyen a la comisión de graves violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra y a la erosión del Estado de derecho.No hay normas globales que controlen el comerciointernacional de armasconvencionales, excepto el Protocolo sobre Armasde Fuego de laConvención de las Naciones Unidas contrala Delincuencia Organizada Transnacional, un instrumento muy limitado sin referencia al derechointernacional de losderechos humanos ni al derecho internacional humanitario. El último intento de establecer un tratado sobre el comercio de armas convencionales fracasó en la Liga de las Naciones durante las décadas de 1920 y 1930, y acabó con la carrera armamentística y el estallido dela segunda Guerra Mundial.Los gobiernos están permitiendo el comercio irresponsable de armas, municiones y demás material militar, de seguridad y policial (MSP), lo cual agrava el tráfico ilegal y el abuso de las armas, con el consiguiente sufrimiento y muerte de personas en muchos países.Para evitar que esto suceda, los Estados tienen que actuar ya de forma decidida.