Por Jurema Werneck, Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional no Brasil.
El racismo se manifiesta de muchas maneras diferentes en Brasil: en la falta de representación de hombres y mujeres negros en los espacios públicos, en los guetos de la exclusión y la pobreza, sino también la enorme cantidad de asesinatos que se producen cada año.
El Mapa de la Violencia muestra que mientras que el asesinato de mujeres negras experimentó un crecimiento del 54,2% entre 2003 y 2013, en el mismo período, el asesinato de mujeres blancas cayó un 9,8%. Pero no es sólo la violencia contra las mujeres, este grupo también experimenta la violencia más intensa en contra de sus hijos, hermanos y compañeros. El mismo Mapa de la Violencia del año 2012 muestra que de alrededor de 30,000 jóvenes de entre 15 y 29 años muertos por año en Brasil, el 93% son hombres y el 77% negro.
Hay consenso en que no hay una raza, pero ¿qué otra explicación podría haber para este escenario sino el racismo?
En este Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, hay que recordar que la vulnerabilidad podría sacrificar a estas mujeres, pero este grupo se consolida como una importante fuerza motriz del cambio. Y con la generosidad y la solidaridad, se levantan todos los días y luchan para que otras mujeres no pasen por su dolor y dificultades.
Son las mujeres negras el llanto, pero también la iniciativa en la búsqueda de justicia para los niños desaparecidos y asesinados por la violencia, incluso de la policía.
Es la mujer rural – de los quilombos*, las riberas y indígenas - el grito de acceso a la tierra.
Es de las jóvenes estudiantes la requisión para una educación de calidad.
Es de las mujeres la súplica por el derecho a decidir por el propio organismo a través de la regulación del aborto seguro.
Tenemos que luchar, en primer lugar, para que toda la sociedad reconozca el problema dell racismo em Brasil. Sólo entonces podremos enfrentar con recursos y políticas de Estado a largo plazo y el compromiso de todos. Para crear y administrar políticas eficientes, es importante saber el racismo en detalle, saber dónde está, cómo funciona y su efecto sobre las personas - recordando que estas políticas han de contribuir a superar las desigualdades también.
También tenemos que reconocer que sin las mujeres negras y su pensamiento activo no vamos a tener el pleno ejercicio de nuestros derechos. Ser uma mujer negra es enfrentarse el dolor, hacer frente a la lucha diaria, tratando de sobrevivir y seguir adelante. El dolor no se irá, pero la mujer negra generosamente va a luchar para que otros no experimenten lo que ella experimentó.