Los ataques contra la Segunda Conferencia Europea de Lesbianas, celebrada en Kiev, son el último incidente que se ha producido hasta ahora en el creciente catálogo de actos de violencia por motivos de odio en Ucrania, y deben tener una respuesta inmediata y eficaz por parte de las autoridades, ha afirmado Amnistía Internacional ante el intento de un grupo violento de entrar por la fuerza al acto el 11 de abril.
“Estos hechos deben ser investigados eficazmente, pero con eso no basta. A menos que los dirigentes políticos y las autoridades de Ucrania expresen su repulsa y se comprometan a ocuparse de estos grupos que llevan a cabo actos de violencia por motivos de odio, este tipo de violencia se cobrará nuevas víctimas y socavará los derechos humanos de forma más generalizada en Ucrania.
“Ayer, como en varias ocasiones previas, hemos visto cómo la policía se enfrentaba a matones violentos y protegía a las personas que participaban en el acto. Sin embargo, el origen del problema es la aparente tolerancia que demuestran las más altas instancias políticas hacia los grupos que defienden la violencia y la discriminación, y la casi total impunidad de que estos grupos disfrutan gracias a ello”, ha declarado Marie Struthers, directora de la Oficina Regional para Europa y Asia Central.
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La Segunda Conferencia Europea de Lesbianas, a la que asisten más de 300 personas de todo el mundo, se celebra en Kiev (Ucrania) del 11 al 14 de abril de 2019. El 10 de abril, víspera de su inauguración, unos desconocidos rompieron las ventanas del lugar de celebración y realizaron en el interior pintadas homófobas amenazadoras. Al día siguiente, unos 15 miembros de un grupo conocido por perpetrar ataques por motivos de odio trataron de entrar por la fuerza al evento. Los asaltantes, coreando lemas homófobos y profiriendo amenazas, rociaron con vaporizadores de pimienta a los policías que les impedían el paso.
Los grupos violentos atacan habitualmente a personas LGBTI y a activistas en favor de los derechos de las mujeres, a otros defensores y defensoras de los derechos humanos y a minorías étnicas. Amnistía Internacional ha documentado decenas de estos ataques durante los últimos dos años; casi ninguno de ellos se investiga eficazmente, y sus autores disfrutan de una impunidad casi total. Es poco frecuente que se procese a alguien por tales ataques, cuya motivación de odio rara vez se tiene en cuenta para investigarlos y enjuiciarlos.