Amnistía Internacional ha presentado un informe en el que se explican con detalle los homicidios ilegítimos y los actos de brutalidad perpetrados por las fuerzas de seguridad tunecinas durante las protestas de diciembre y enero que desembocaron en la salida del país del ex presidente Ben Alí, y ha pedido que se abran inmediatamente investigaciones independientes.El informe, de medio centenar de páginas, titulado Tunisia in Revolt: State Violence during Anti Government Protests (Revueltas en Túnez: Violencia estatal durante las protestas antigubernamentales), revela que las fuerzas de seguridad dispararon contra transeúntes y manifestantes que huían y utilizaron fuego real contra manifestantes que no suponían una amenaza para sus vidas ni para las de otras personas."Las fuerzas de seguridad actuaron con un irresponsable desprecio por la vida humana en muchos casos", ha dicho Malcolm Smart, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional."El nuevo gobierno debe garantizar que los homicidios y las graves denuncias de abusos perpetrados por las fuerzas de seguridad se investigan sin demora de forma completa e independiente, y que los responsables rinden cuentas.""Se trata de un primer paso esencial para pasar la página de largos años de abusos bajo el gobierno del anterior presidente", ha añadido Malcolm Smart."Con estas investigaciones, los tunecinos deben conocer la verdad, y las víctimas hallar justicia y reparación."Las personas detenidas por las fuerzas de seguridad también fueron sistemáticamente golpeadas o sometidas a otros malos tratos, según los datos recogidos para el informe por un equipo de investigación de Amnistía Internacional que visitó Túnez entre el 14 y el 23 de enero.Algunos de los casos documentadosEl temporero Ghassan Chniti, de 19 años, murió abatido a disparos por la policía en la pequeña localidad de Tala, en el centro de Túnez, según informaron otros jóvenes que estaban con él.Un médico confirmó que al joven le habían disparado por la espalda tras examinar su cadáver en el hospital de Kaserine.Chniti fue una de las cinco personas que murieron por los disparos con fuego real en Tala el 8 de enero en las escaramuzas entre los manifestantes y la policía.El padre del joven dijo a Amnistía Internacional: "A mi hijo le pagaban unos 150 dinares al mes [70 euros] por su trabajo, con los que ayudaba a sacar adelante a toda la familia. Fue a las manifestaciones [...] Con lo que ganamos no podemos alimentar a la familia".Malek Habbachi, de 24 años, que se había prometido recientemente, murió de un disparo en el cuello la noche del 12 de enero en el vecindario de Tadhamoun, uno de los mayores y más pobres suburbios de la capital, Túnez. Según los testigos, el disparo fue hecho por un francotirador.La policía antidisturbios golpeó con sus porras en la cabeza, la espalda y las piernas al hermano de Malek, Youssri, cuando éste trataba de llevarlo a casa.El padre de Malek Habbachi dijo que el joven se había unido a las protestas para pedir mejores oportunidades: "Todos los tunecinos se niegan a aceptar sus condiciones de vida. Malek luchaba contra la corrupción."La hermana de Malek Habbachi, estudiante de Derecho, dijo a los investigadores de Amnistía Internacional: "Queremos justicia", una petición que se repite en la mayoría de las familias de las víctimas.El 5 de febrero hubo nuevos incidentes de violencia cuando las fuerzas de seguridad de la ciudad de Kef abrieron fuego contra los manifestantes que pedían la dimisión del jefe de la policía local, a quien acusaban de abuso de poder.Dos manifestantes murieron por los disparos de la policía, que afirmó que intentaban entrar en la comisaría.Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades provisionales que permitan a los tunecinos expresar sus opiniones y participar en protestas pacíficas sin temor de resultar heridos o detenidos arbitrariamente."Tras los largos años de represión bajo el régimen del presidente Ben Alí, las autoridades tunecinas deben tomar medidas concretas para refrenar a sus fuerzas de seguridad e inculcarles una cultura de derechos humanos, en particular a la policía", ha dicho Malcolm Smart."Las autoridades deben dejar claro, tanto en la legislación como en la práctica, que nadie está por encima de la ley, y demostrar que los responsables de homicidios ilegítimos, uso excesivo de la fuerza, tortura u otros abusos responden plenamente de sus actos".Información complementariaUna delegación de Amnistía Internacional visitó Túnez del 14 al 23 de enero y se reunió con familiares de las personas que murieron en los disturbios, personas heridas en las protestas, testigos y ex detenidos, y también con abogados, defensores de los derechos humanos, sindicalistas y profesionales de la medicina. Los investigadores estuvieron en Hammamet, Bizerte, Regueb, Tala y Kaserine.El actual gobierno provisional afirma que durante las protestas murieron 78 personas, y otras 100 resultaron heridas. Organizaciones de derechos humanos tunecinas afirman que la cifra real de muertos fue mayor, y la ONU la sitúa en 147, además de las 72 personas que murieron en la cárcel en incidentes relacionados con los disturbios. Al parecer, la mayoría de los homicidios fueron cometidos por la Brigada de Orden Público (BOP).El 24 de enero, Amnistía Internacional publicó Túnez: Agenda de derechos humanos para el cambio, documento en el que se pedía a las autoridades tunecinas que hicieran reformas fundamentales y duraderas y rompieran con el legado de décadas de abusos de Ben Alí.