La absolución de un médico militar egipcio acusado de realizar "pruebas de virginidad" forzadas a las manifestantes es una prueba más de que los tribunales militares son incapacesde ocuparse de loscasos de abusos contra los derechos humanos, ha dicho hoy Amnistía Internacional.El caso surgió araíz de lademanda presentada por Samira Ibrahim, de 25 años, una de las mujeres sometidas a las "pruebas de virginidad" en marzo de 2011."Una vez más, el ejército egipcio ha fallado a las mujeres, especialmente a aquellas que, como Samira Ibrahim, han demostrado un valor inmenso al haber desafiado al estamento militar en Egipto", ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Nortede África de AmnistíaInternacional."Esta decisión no es solo una burla a la justicia, sino también una prueba más de que los casos de abusos contra los derechos humanos perpetrados por el ejército deben ser juzgados por tribunales civiles."Amnistía Internacional pidió al ejército egipcio que respetara la decisión de un tribunal administrativo que prohibía las "pruebas de virginidad" y garantizara que las mujeres obligadas a someterse a estas pruebas tienen acceso a la justicia y reciben reparación.