Ante las protestas previstas para mañana en los Territorios Palestinos Ocupados y dado que en las dos últimas semanas han muerto cuatro manifestantes palestinos y han resultado heridos centenares más, Amnistía Internacional pide a las autoridades israelíes que pongan fin al uso excesivo de la fuerza en su respuesta a las manifestaciones y enfrentamientos provocados por la decisión de la administración estadounidense de reconocer Jerusalén como capital de Israel.
“Las autoridades israelíes deben poner fin al uso excesivo de la fuerza contra manifestantes de una vez por todas. El hecho de que se haya utilizado munición real durante las protestas en Gaza y Cisjordania resulta especialmente estremecedor. De acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos, sólo puede utilizarse la fuerza si hay vidas en peligro inminente, lo que está claro que no ocurría en los casos que hemos documentado”, ha señalado Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia para Oriente Medio y Norte de África de Amnistía Internacional.
“El respeto del derecho de manifestación pacífica es una obligación vinculante para Israel, por lo que, incluso si estalla la violencia, las fuerzas de seguridad israelíes deben utilizar la fuerza mínima necesaria frente a ella.”
En las dos últimas semanas, las fuerzas israelíes han matado a cuatro palestinos –a tres en la Franja de Gaza y a uno en Cisjordania– durante las manifestaciones y los enfrentamientos subsiguientes. Las cifras facilitadas por el Ministerio de Salud palestino indican que han resultado heridas más de 3.000 personas, y según el Club de Presos Palestinos, han sido detenidas más de 400.
Las fuerzas israelíes han utilizado gas lacrimógeno y balas recubiertas de goma en varias protestas, a veces contra manifestantes que arrojaban piedras y, en el caso de Cisjordania, cócteles molotov. Particularmente alarmante es que el ejército israelí haya utilizado munición real contra manifestante palestinos en Gaza durante protestas organizadas en la valla que separa la Franja de Israel o cerca de ella. Una de las víctima mortales ha sido Ibrahim Abu Thuraya, de 29 años, a quien un soldado disparó en la cabeza el 15 de diciembre. Cuando recibió el disparo estaba sentado con un grupo de jóvenes manifestantes cerca de Nahal Oz, zona fuertemente militarizada, donde el alambre de espino los separaba del ejército israelí, apostado a unos 15 metros de allí. Según testigos, Ibrahim Abu Thuraya, que utilizaba silla de ruedas desde que perdió ambas piernas en un ataque aéreo israelí en 2008, estaba ondeando una bandera palestina y entonando consignas. Llevaba un honda, que no utilizó. Las investigaciones del ejército israelí han determinado que no hubo “ningún fallo moral ni profesional” en este homicidio.
Los otros dos manifestantes palestinos muertos en la Franja de Gaza han sido Mahmoud Abdelmajid al-Masri y Yasser Naji Sukkar, a quienes mataron el 8 y el 15 de diciembre, respectivamente. El cuarto manifestante palestino muerto ha sido Basel Mustafa Ibrahim, a quien mataron en Cisjordania también el 15 de diciembre.
“No se puede negar que en Gaza los manifestantes palestinos arrojaron piedras a los soldados israelíes, pero cuesta creer que alguno de ellos representara un peligro inminente para la vida de militares perfectamente equipados y protegidos por bloques de cemento”, ha añadido Philip Luther.
“Las autoridades israelíes se han negado continuamente a investigar los homicidios de palestinos a manos de soldados o policías israelíes, o al menos no lo han hecho según las normas internacionales. Mientras no se haga rendir cuentas a los agentes israelíes por hacer abuso de su poder, la constante de homicidios ilegítimos se mantendrá y se negará a la población palestina su derecho a manifestarse pacíficamente sin miedo a que se produzcan muertos o heridos.
“Si quieren evitar nuevos derramamientos de sangre mientras continúen estas manifestaciones, las autoridades israelíes deben investigar debidamente todos los incidentes en que parezca haberse hecho uso arbitrario o abusivo de la fuerza y poner a los presuntos responsables a disposición de la justicia. Es especialmente importante que se haga así cuando las consecuencias de no hacerlo son lesiones graves y pérdida de vidas. Israel deber reformar sus sistemas de investigación para garantizar su imparcialidad e independencia. No hacerlo servirá únicamente para perpetuar años de impunidad.”
Han muerto tres palestinos más –dos miembros de grupos armados y un civil– a causa de ataques aéreos israelíes llevados a cabo en la Franja de Gaza como represalia por los cohetes disparados por grupos armados palestinos. Los ataques aéreos iban dirigidos contra un establecimiento militar utilizado por Hamás en Beit Lahya, en el norte de la Franja de Gaza. Unos soldados israelíes mataron también a otro palestino en Al Bireh, Cisjordania, el 15 diciembre, que, según, dijeron, habían intentado apuñalar a uno de ellos.
Información general
La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital de Israel y trasladar allí la embajada estadounidense desde Tel Aviv ha suscitado una condena generaliza y provocado protestas en los Territorios Palestinos Ocupados y en el resto del mundo.
Esta decisión ha implicado el reconocimiento de una Jerusalén “unificada” y reconocido implícitamente la anexión ilegal de Jerusalén Oriental sin tener en cuenta las violaciones de derechos humanos cometidas contra la población palestina como consecuencia de las políticas anexionistas de Israel.
La anexión ilegal del territorio ocupado de Jerusalén Oriental por Israel se formalizó en el derecho interno en 1980. La comunidad internacional la ha condenado reiteradamente por medio de varias resoluciones del Consejo de seguridad de la ONU.
Los más de dos millones de habitantes de Gaza llevan más de 10 años sometidos a castigo colectivo como consecuencia del bloqueo ilegal impuesto por Israel. Entre octubre de 2015 y septiembre de 2016, Amnistía Internacional documentó 15 homicidios de manifestantes en Gaza, entre ellos el de un niño de 10 años.