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La ejecución de la joven iraní Reyhaneh Jabbari, condenada a muerte tras una investigación y un juicio llenos de irregularidades, es una afrenta para la justicia, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
Reyhaneh Jabbari, de 26 años, ha sido ejecutada esta mañana en una cárcel de Teherán, tras ser condenada a muerte por matar a un hombre que, según afirmaba, había tratado de abusar sexualmente de ella."La noticia de la ejecución de Reyhaneh Jabbari es espeluznante y sumamente decepcionante. Se trata de otra sangrienta mancha en el historial de derechos humanos de Irán", ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional. "Lo más trágico es que este caso no es en absoluto excepcional. Una vez más, Irán ha insistido en aplicar la pena de muerte a pesar de existir graves motivos de preocupación sobre la imparcialidad del juicio".Amnistía Internacional considera que la pena de muerte es una forma de castigo abominable y no debe ser utilizada bajo ninguna circunstancia.Más información:La próxima semana, Irán oirá las recomendaciones de los Estados miembros de la ONU durante su examen periódico universal. Amnistía Internacional pide a los Estados que utilicen esta oportunidad para condenar enérgicamente el uso de la pena de muerte por parte de Irán.