Permitir que los autores de actos de acoso y agresión sexuales queden impunes ha fomentado los ataques violentos contra las mujeres cometidos en las proximidades de la plaza Tahrir en los últimos meses; si la impunidad continúa, sólo provocará más crímenes, ha advertido hoy Amnistía Internacional en un nuevo documento.Los testimonios de sobrevivientes y activistas recogidos por Amnistía Internacional demuestran que las agresiones sexuales inducidas por la multitud siguen una pauta clara.Las mujeres son atacadas cuando están solas o separadas de sus amigos por un grupo de hombres que aumenta en número con rapidez; las sobrevivientes son arrastradas dentro de la multitud mientras les profanan el cuerpo con las manos y a veces con armas, y los hombres intentan despojarlas de la ropa."Los terribles ataques violentos contra mujeres, que incluyen violaciones, perpetrados en las proximidades de la plaza Tahrir demuestran que ahora es crucial que el presidente Morsi adopte medidas drásticas para poner fin a esta cultura de impunidad y discriminación de género, y que todos los líderes políticos la denuncien", ha declarado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional."Es vital que se realicen investigaciones imparciales y exhaustivas para determinar si estos ataques multitudinarios están coordinados por el Estado o son organizados por agentes no estatales, y garantizar que sus autores responden ante la justicia de sus actos."La táctica empleada por la multitud en las recientes protestas es un doloroso recordatorio del acoso y las agresiones sexuales que se cometían contra las manifestantes en el régimen del derrocado presidente Hosni Mubarak. Las mujeres son parte vital de las protestas y hacen grandes sacrificios en su lucha por la libertad y la justicia social. Las autoridades egipcias deben honrar su activismo y poner todos los medios para abordar la violencia endémica contra las mujeres en todos los niveles de la sociedad."La iniciativa Operación contra la Agresión y el Acoso Sexual (OpAntiSH), iniciativa creada por varias organizaciones y personas que defienden los derechos humanos, recibió información sobre 19 casos de agresiones violentas contra mujeres cometidas el 25 de enero de 2013 en las proximidades de la plaza Tahrir. El grupo Shoft Taharosh ("Yo presencié un acoso") intervino en cinco casos más.Amnistía Internacional ha recogido testimonios de mujeres que han sido atacadas recientemente por la multitud en la plaza Tahrir o en sus alrededores, a menudo con armas, en agresiones que duraron entre cinco minutos y más de una hora. Los activistas, hombres y mujeres, que han intervenido para rescatar a mujeres de estas agresiones también han denunciado agresiones físicas y sexuales.La doctora Magda Adly, no Madga], del Centro Nadim de Atención y Rehabilitación de Víctimas de Violencia, confirmó que en al menos dos casos se habían utilizado cuchillas, incluso en la zona genital de las sobrevivientes.Las activistas de los derechos de la mujer y algunas de las sobrevivientes creen que los ataques tienen como fin excluir a las mujeres de los lugares públicos, silenciarlas y quebrantar el espíritu de la oposición.La doctora Rawya Abdel Rahman, activista de los derechos de la mujer de 67 años y abuela, contó a Amnistía Internacional lo que le pasó en una marcha de mujeres durante las protestas del 25 de enero: "Se me echaron encima decenas de manos, algunas me tocaban los muslos [ …] Empecé a gritar [ …] Entonces, cinco o seis hombres me sacaron a rastras del círculo, mientras alguien intentaba levantarme la ropa."Pese a estos ataques, las sobrevivientes no se dejan intimidar en su lucha por la justicia, e insisten en seguir participando en los actos que determinan el futuro de Egipto. Dalia Abdelwahab, sobreviviente de una agresión sexual violenta, dijo a Amnistía Internacional: "No me quedaré callada. Todas las mujeres de Egipto tienen que despertar [ …] De lo contrario, la violencia continuará [ …]""Dados el estigma que llevan aparejados el acoso y las agresiones sexuales contra mujeres, y las actitudes de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, muchos casos no se denuncian. Quienes intentan formular cargos se enfrentan a un muro de indiferencia e incluso a la culpa y el desprecio en su lucha por la justicia", afirmó Hadj Sahraoui.La Constitución Egipcia adoptada tras el referéndum público celebrado a finales de diciembre de 2012 ignoró los derechos de la mujer y no prohibió expresamente la discriminación de género, lo que afianzó más las prácticas y actitudes discriminatorias.El Consejo Nacional de la Mujer, de carácter estatal, ha condenado la violencia y ha pedido investigaciones. Ahora es el momento de que el presidente Morsi, como jefe del Estado, haga lo mismo y demuestre una auténtica voluntad política para atajar la violencia.Según la información recibida, en 2005, el gobierno contrató a grupos de hombres para que agredieran a las mujeres periodistas que pedían un boicot al referéndum sobre la reforma de la Constitución. Hasta la fecha, nadie ha rendido cuentas de esos hechos.En marzo de 2011, el ejército sometió a 17 manifestantes mujeres a "pruebas de virginidad". En marzo de 2012, un tribunal militar desestimó el único caso formulado por una de ellas.