Bhopal Photographs by Raghu Rai

El fotógrafo Raghu Rai fue uno de los primeros en llegar y reflejar las consecuencias del escape de gas de la planta de pesticidas de Union Carbide en Bhopal, India, en 1984. El gas envenenó a más de medio de millón de personas y mató a cerca de 10.000 en los primeros tres días. Desde entonces, miles de personas más han sufrido una muerte lenta y dolorosa.

Treinta años después, Amnistía Internacional ha pedido a Raghu que regrese y fotografíe a las comunidades que actualmente viven a la sombra de la planta en desuso. Productos químicos abandonados por Union Carbide, y que hoy en día siguen filtrándose a las aguas subterráneas, siguen envenenando a muchas de esas comunidades. Mostramos su galería de fotos y, a continuación, un artículo en el que Raghu Rai relata sus experiencias en Bhopal entonces y ahora.

Fotos y texto: Raghu Rai

Cuando me llamó el director de la revista India Today en mitad de la noche, estaba en la cama. A su llamada le siguió rápidamente otra de la oficina de París de la agencia de fotografía Magnum. Todo el mundo estaba llamando por teléfono para dar la noticia: a medianoche se había producido un enorme escape de gas en la planta de Union Carbide en Bhopal y miles de personas habían muerto. No dormí. A la mañana siguiente tomé el primer avión y llegué a Bhopal antes de las 8 de la mañana.

Bhopal Photographs by Raghu RaiUn gran número de periodistas invadió la ciudad. Corrimos hacia los hospitales, en busca de cadáveres. Más tarde me sentí culpable por eso, pero en aquel momento no había tiempo para pensar, solo para hacer fotografías. Desde el momento en que aterrizamos hasta que se puso el sol.

Cuando llegamos al hospital de Hamidia, la confusión era apabullante. Nunca había visto nada parecido. Era como si hubiera acabado de terminar una guerra, o como si estuviéramos justo después de un terremoto. Traían a las personas enfermas y se llevaban a las muertas. La gente corría por todas partes. Yo me dediqué a hacer fotografías, captando todo con lo que se encontraba en mi camino: cuerpos hinchados y animales muertos tendidos en la carretera. Había un silencio extraño, el silencio de la muerte.

Bhopal Photographs by Raghu RaiComo periodista, evitas implicarte emocional o sentimentalmente, pero experimenté una intensa sensación de ahogo todo el tiempo. El asunto era tan tremendo, tan increíble. Me centré en reflejar la tragedia y sus repercusiones emocionales: mujeres que lloraban mientras intentaban encontrar a sus hijos e hijas, padres y madres que veían cómo sus hijos e hijas se desvanecían hasta morirse.

No comí ni paré hasta que se apagó la luz. Era ahora o nunca y nadie sabía qué nos esperaba al día siguiente. Me quedé tres días más en Bhopal y luego me marché. Era un asunto interminable pero, ¿a cuántas personas enfermas y cuántos cadáveres puedes fotografiar?

Bhopal Photographs by Raghu RaiPor muchas fotografías que hiciera, no era posible reflejar la escala de lo ocurrido. Siempre piensas que es inadecuado captar solo momentos aislados, perderte lo que ocurre a la derecha o a la izquierda del fotograma y lo que experimentas en esos momentos. Cuando vi mis fotografías al final del día, vi que contenían un enorme cúmulo de expresión e intensidad, pero aún así pensé: "¡Dios mío! ¡Fue tan tremendo y solo he podido reflejar esto!"

Regresé unos meses más tarde. Volví un año después y al año siguiente y en varias ocasiones más hasta 12 ó 14 veces. Fue más tarde cuando logré profundizar y averiguar más cosas sobre el desastre y el sufrimiento.

En cada viaje surgía una nueva historia. Recuerdo que me escandalicé al averiguar que este gas se había investigado, pero que la cura y antídoto no se desvelaron porque Union Carbide los mantuvo en secreto.

Bhopal Photographs by Raghu RaiIndia es un país donde todo es posible y un país que puede ser tan caótico que nada es posible. Durante los años siguientes hubo la sensación de que a nadie le importaba. No me dio la impresión de que se estuviese cuidando o proporcionando atención a las personas que seguían sufriendo y no se veía un esfuerzo colectivo para mejorar las vidas de estas personas.

Era muy frustratrante seguir informando sobre este tema. Era como darse cabezazos contra la pared, como si a nadie le importase, ni siquiera a los ministros. Solían preguntarme "'¿por qué desentierras estos cadáveres? Estas personas están muertas y olvidadas"'. No entendían que las personas que habían inhalado menos gas y habían sobrevivido eran las que habían salido peor paradas, pues sufrían una muerte lenta. Los políticos no estaban dispuestos a creerlo. Y no les importaban estos condenados de la tierra.

Bhopal Photographs by Raghu Rai

Sin embargo, de algún modo la gente se las apañó para vivir, pese al caos y todos los problemas. Lo han aceptado, pero se puede percibir la figura marchita en sus rostros. Nunca podrán tener una vida feliz.

Ahora la factoría está podrida y oxidada, pero todo a su alrededor es vegetación nueva, increíblemente verde y colorida. Allí juegan los niños y la gente lleva a pastar los animales. De pronto vi una fina capa de polvo que parecía tan natural que extendí la mano para tocarla, pero el guardia me lo impidió. Me escandalizó que treinta años después, materiales potencialmente peligrosos permanezcan intactos. Te gustaría pensar que hay posibilidades de que el Gobierno intervenga, pero India es un país donde todo es posible y también un país donde nada es posible.

Bhopal Photographs by Raghu Rai

Nueva Delhi, 25 de noviembre de 2014