Las personas de todo el mundo deben mostrar su solidaridad con las valientes mujeres que han sido fundamentales en los alzamientos de Oriente Medio y el Norte de África, ha declarado Amnistía Internacional.Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la organización pide a sus simpatizantes que conmemoren la jornada enviando mensajes de apoyo a las mujeres de la región.Se prevé que se lleven a cabo miles de acciones individuales centradas en cuatro países -Irán, Arabia Saudí, Siria y Yemen- donde las mujeres continúan estando en el centro de las peticiones de reforma y donde un amplio abanico de sus derechos sigue en peligro.En el Norte de África, que vivió momentos trascendentales en 2011, el cambio político no se ha traducido aún en victorias reales para los derechos de la mujer."En todo Oriente Medio y el Norte de África las mujeres son una fuerza inspiradora para el cambio al haberse alzado contra regímenes represivos para defender derechos humanos fundamentales y promover la reforma y la igualdad", ha declarado Widney Brown, directora general de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional."En este Día Internacional de la Mujer nos solidarizamos con estas valientes mujeres, para apoyarlas en su lucha por los derechos humanos y la libertad, y hacerles saber que el mundo las respalda en este momento histórico."Encarcelada en Irán por defender los derechos de la mujerLas mujeres de Irán desempeñaron un papel clave en las protestas multitudinarias realizadas en torno a las elecciones de junio de 2009, cuando defendieron una amplia reforma en materia de derechos humanos, incluida una mayor libertad para la mujer.Pero las activistas de este país siguen pagando un precio elevado por su labor pacífica.Nasrin Sotoudeh, presa de conciencia y abogada defensora de los derechos humanos, cumple una pena de seis años de prisión, tras su apelación contra la condena original a 11 años, por cargos de "propaganda" y pertenencia a una organización "ilegal", el Centro para la Defensa de los Derechos Humanos. Ella niega todos los cargos.Como abogada defensora de los derechos humanos que ha representado, entre otros, a Shirin Ebadi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz, también se le ha prohibido ejercer el Derecho durante 10 años.Las autoridades de la tristemente famosa Prisión de Evin de Teherán la han recluido en régimen de aislamiento y han impedido que sus hijos la visiten en reiteradas ocasiones; la última vez, el mes pasado.Amnistía Internacional pide de nuevo a las autoridades iraníes la libertad inmediata e incondicional de Nasrin Sotoudeh.Motores del cambio en Arabia SaudíDebido al sistema saudí de "tutela" controlada por los varones, las mujeres son discriminadas y se les niega el control de su propia vida en un amplio espectro de asuntos sociales, personales y económicas.Quizá una de las restricciones más inusitadas, aunque omnipresente, es la prohibición de facto a las mujeres saudíes de conducir vehículos, aunque tengan permisos de conducir internacionales válidos y conduzcan libremente en otros países.El año pasado, las activistas volvieron a lanzar la campaña para protestar por esta prohibición, llamada "Women2Drive", que utilizó las redes sociales para pedir que las mujeres que tuvieran permisos de conducir internacionales salieran a las carreteras a partir del 17 de junio de 2011.Veintenas de mujeres participaron en la acción, y muchas fueron detenidas y obligadas a firmar un compromiso de no volver a conducir nunca. Al menos una mujer fue juzgada y condenada a 10 latigazos por infringir la prohibición.Aunque el rey Abdullah anunció que las mujeres tendrían derecho a votar en las elecciones municipales de 2015, aún no se ha anulado la polémica prohibición de conducir .Amnistía Internacional considera que esta prohibición es un símbolo de las numerosas áreas de la vida en las que las mujeres saudíes siguen teniendo severamente restringidos sus derechos humanos.La organización pide a las personas de todo el mundo que compartan imágenes y mensajes de solidaridad con las activistas saudíes, apoyándolas en su reivindicación de "libertad al volante".La primera dama siria debe defender los derechosDesde marzo de 2011, el gobierno del presidente Bachar al Asad supervisa una brutal represión contra la disidencia que se ha cobrado más de 6.000 vidas, incluidas las de más de 200 mujeres y niñas. Miles de personas han sido detenidas, y muchas de ellas recluidas en régimen de incomunicación durante largos periodos en lugares desconocidos donde, según informes, son habituales las torturas y otros malos tratos.Algunas defensoras de derechos humanos -que están a la vanguardia de las peticiones pacíficas de reforma- se han visto obligadas a ocultarse, y otras incluso han huido del país.En todo este tiempo, la esposa del presidente, Asma al Asad, ha hecho muy poco para declararse en contra de la brutalidad de las fuerzas del gobierno sirio, y ha aparecido en público apoyando a su marido.Esta imagen contrasta con la afinidad, anterior y reconocida, de la primera dama siria con las causas benéficas y sociales, incluidos los derechos de la mujer.Amnistía Internacional ha pedido a personas de todo el mundo que participen en una campaña de envío de cartas para pedir a Asma al Asad que utilice su influencia para poner fin a la violencia y a las violaciones de derechos humanos que se están cometiendo contra las defensoras sirias de estos derechos, que trabajan para proteger el futuro de todos los sirios.Las mujeres yemeníes, a la vanguardia del cambioLas mujeres han contribuido a crear una vibrante sociedad civil en Yemen, lo que se reconoció en la escena mundial el año pasado, cuando la yemení Tawakkol Karman, periodista y activista pro derechos de la mujer, fue una de las tres mujeres galardonadas con el Premio Nobel de la Paz.También estuvieron en la vanguardia de las protestas multitudinarias a favor de la reforma política y en materia de derechos humanos que hicieron que Ali Abdullah Saleh, presidente de Yemen desde hace muchos años, firmara un acuerdo de traspaso de poder en noviembre de 2011.Pero aunque Yemen está en plena transición política y social, la discriminación de la mujer sigue siendo generalizada.Las mujeres que participaron en las protestas del año pasado fueron objeto de hostigamiento, detención y, en algunos casos, de palizas por su activismo político. Otras sufrieron intimidación a manos de sus familiares varones, a quienes las autoridades presionan para que "hagan valer su control" y reduzcan el activismo por los derechos humanos de las mujeres de la familia.En Yemen, la discriminación de la mujer se refleja en las leyes de familia, que son un ejercicio tradicional de la autoridad del varón y una falta de respeto hacia la integridad personal de la mujer en lo que se refiere a la violencia en el seno familiar y la justicia para sus víctimas.Amnistía Internacional ha lanzado una campaña de envío de cartas para pedir a las autoridades de transición de Yemen que consulten y trabajen con las activistas pro derechos humanos para poner fin a las leyes y prácticas discriminatorias en el país, incluida la violencia contra la mujer."Debemos apoyar a las mujeres de Oriente Medio y el Norte de África que siguen luchando por los derechos humanos, y más concretamente por su derecho a participar en el proceso político en condiciones de igualdad mientras se extiende el cambio en la región", concluyó Widney Brown.