Detener el uso de niños y niñas soldados en los conflictos es una de las poderosas razones por las que los Estados deben adoptar un Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) sólido, ha dicho Amnistía Internacional con ocasión del Día Internacional contra el Uso de Niños y Niñas Soldados, que se celebra el 12 de febrero.En Malí y en cerca de 20 países más, la mala regulación de las transferencias internacionales de armas sigue contribuyendo a que los grupos armados, y en ocasiones las fuerzas gubernamentales, recluten y empleen en las hostilidades a niños y niñas menores de 18 años.El próximo mes tendrá lugar la ronda final de negociaciones sobre el TCA en las Naciones Unidas, y Amnistía Internacional sigue pidiendo a todos los Estados que adopten un tratado sólido, con normas eficaces de protección de los derechos humanos."Las recientes investigaciones sobre el terreno de Amnistía Internacional en Malí han revelado una vez más el horror en que viven los niños y niñas soldados que son reclutados en numerosos conflictos de todo el mundo para apoyar a tropas y grupos armados, en ocasiones en primera línea de fuego", ha dicho Brian Wood, director de Armas Bajo Control y Derechos Humanos de Amnistía Internacional."El Tratado sobre el Comercio de Armas debe exigir a los gobiernos que impidan las transferencias de armas que se utilicen para perpetrar actos de violencia contra los niños, e incluir normas para frenar el flujo de armas que van a parar a manos de las fuerzas gubernamentales y los grupos armados responsables de crímenes de guerra o graves abusos contra los derechos humanos. Sin embargo, las normas que incluye el actual proyecto de Tratado no son lo suficientemente sólidas como para conseguirlo".Una abrumadora mayoría de los Estados del mundo se oponen al reclutamiento y el uso de menores de 18 años por parte de fuerzas o grupos armados, ya que tomar parte en las hostilidades roba a estos niños y niñas su infancia y los expone a terribles peligros, así como a sufrimientos físicos y psicológicos.Además de la tragedia que supone convertirse en perpetradores de abusos contra los derechos humanos, muchos niños y niñas soldados mueren, quedan mutilados o son víctimas de violaciones u otros actos de violencia sexual.
El uso de niños y niñas soldados en la actualidadDesde enero de 2011 se han utilizado niños y niñas soldados en al menos 19 países, según informa la coalición mundial de ONG Child Soldiers International, de la que Amnistía Internacional es miembro.Uno de estos países es Malí, donde en las últimas semanas una delegación de Amnistía Internacional ha entrevistado a testigos y a niños reclutados por los grupos armados islamistas que actualmente combaten contra las fuerzas malienses y francesas en el norte del país.
En la ciudad de Diabaly, situada a unos 400 kilómetros al noroeste de la capital del país, Bamako, varias personas, entre ellos el teniente de alcalde, afirmaron haber visto a niños de entre 10 y 17 años con los grupos armados islamistas que se habían hecho con el control de la zona."Los niños llevaban rifles. Uno de ellos era tan pequeño que en ocasiones arrastraba el suyo", dijo uno de los testigos.Más al sur, en Ségou, Amnistía Internacional se entrevistó con dos niños soldados, uno de los cuales mostraba signos de estar mentalmente perturbado.El otro, de 16 años, dijo que los habían detenido y entregado a las autoridades malienses cuando las tropas francesas y malienses habían reconquistado Diabaly, a finales de enero.El menor habló a Amnistía Internacional sobre su alistamiento forzoso y su entrenamiento por el grupo armado islamista:"Estudiaba con otros 23 alumnos con un maestro coránico. Hace dos meses, el nieto de mi maestro nos vendió a los islamistas. Nos unimos a un grupo de otros 14 jóvenes que portaban armas. Al principio me mandaron trabajar en la cocina. Cocinábamos en una iglesia cristiana ocupada por los islamistas. Los rebeldes nos golpeaban [con una correa de goma] durante las lecciones del Corán porque [...] querían que pronunciásemos el árabe como ellos.Nos adiestraban para disparar apuntando al corazón o a los pies. Antes del combate, teníamos que comer arroz mezclado con un polvo blanco y una salsa con un polvo rojo. También nos ponían inyecciones. A mí me pusieron tres. Después de esas inyecciones y de comer el arroz mezclado con el polvo, me convertía en una máquina, podía hacer cualquier cosa por mis dueños. Veía a nuestros enemigos como si fueran perros y lo único que había en mi mente era disparar contra ellos."El muchacho contó a Amnistía Internacional que durante los combates para retomar el control de Diabaly, en manos de los grupos armados islamistas, murieron cuatro niños soldados. Las fuerzas militares malienses y francesas tomaron la ciudad entre el 20 y el 21 de enero.La organización tiene indicios de que las milicias apoyadas por el gobierno maliense también han reclutado a niños soldados, pero hasta ahora no hay ningún caso documentado de que los hayan usado en el frente.En los últimos años, Amnistía Internacional también ha documentado el uso o las denuncias de uso de niños y niñas soldados en muchos otros países, como República Centroafricana, Chad, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Sri Lanka, Somalia y Yemen.
Cómo puede ayudar el Tratado sobre el Comercio de ArmasUnos 150 países, entre ellos Malí, se han comprometido ya, en virtud del Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, a prohibir la participación de menores de 18 años en los conflictos armados. El reclutamiento o el uso de niños y niñas soldados menores de 15 años para participar activamente en las hostilidades constituye crimen de guerra.Un TCA sólido puede ayudar a poner fin al reclutamiento forzoso de niños y niñas soldados, al detener el flujo de armas que van a parar a los gobiernos y los grupos armados que cometen abusos contra los derechos humanos.Las normas que propone el actual texto del proyecto de TCA para contribuir a impedir las transferencias de armas a Estados o grupos que emplean niños y niñas soldados son poco sólidas. Las normas del Tratado destinadas a fomentar el respeto al derecho internacional humanitario y de los derechos humanos podrían burlarse, pues la que hace referencia a la violencia contra menores simplemente exige que el Estado "tenga en cuenta la posibilidad de tomar medidas viables", y las que tratan de impedir el desvío de armas son poco enérgicas, y no se ocupa, por ejemplo, de las municiones.Amnistía Internacional está presionando para cubrir estas lagunas y que las normas del TCA exijan a los Estados Parte en el Tratado que impidan las transferencias de armas que puedan contribuir a que se cometan actos de violencia contra los niños y las niñas, como el reclutamiento y el uso de niños y niñas soldados.