Las autoridades chinas deben retirar de inmediato los cargos y deben poner en libertad a cinco activistas detenidas por pedir que se ponga fin al acoso sexual. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.Las cinco mujeres -Wei Tingting, Wang Man, Li Tingting, Zheng Churan y Wu Rongrong- fueron detenidas el jueves por "buscar pelea y causar problemas". Si son declaradas culpables, se enfrentan a una pena máxima de cinco años de prisión cada una."Los cargos contra las cinco mujeres deben retirarse, y las detenidas deben ser puestas en libertad de manera inmediata e incondicional. Las autoridades chinas deberían estar colaborando con estas mujeres para hacer frente al acoso sexual, no persiguiéndolas."Las mujeres llevan detenidas desde el pasado sábado, cuando fueron puestas bajo custodia policial en vísperas de unos actos que habían planeado para el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo. Se cree que las cinco permanecen recluidas en la comisaría de policía de Haidian, en Pekín.Todas ellas son integrantes del Grupo de Acción por los Derechos de las Mujeres de China. Habían confeccionado unas pegatinas con los lemas: "No más acoso sexual, queremos seguridad" y "Policía, ve a detener a los acosadores sexuales", que planeaban repartir en los actos previstos.El sábado, día en que fueron detenidas, una amiga de Wu Rongrong recibió una llamada suya y oyó gritos de dolor. La línea se cortó casi de inmediato, y ya no fue posible volver a contactar con ella."Resulta escalofriante que unas mujeres que piden a la policía que investigue el acoso sexual terminen siendo blanco de la acción policial", ha manifestado William Nee.La policía confiscó los ordenadores y los teléfonos de las mujeres, y los materiales que habían elaborado para los actos con los que planeaban celebrar el Día Internacional de la Mujer.También hizo una redada en la sede en Hangzhou del Centro de Mujeres Weizhiming, una ONG de defensa de los derechos de las mujeres que fundó Wu Rongrong y en la que trabajan Zheng Churan y Li Tingting.En los últimos meses, las autoridades han reprimido organizaciones no gubernamentales independientes que realizan trabajo de base. Además han sometido a líderes de la sociedad civil a rigurosos interrogatorios sobre sus fuentes de financiación y sus actividades.