El anuncio de la presidenta Dilma Rousseff de los siete miembros que compondrán la Comisión de la Verdad encargada de investigar los delitos contra los derechos humanos cometidos en el pasado constituye un hecho histórico. Es fundamental que esta Comisión saque finalmente a la luz el verdadero alcance de las violaciones cometidas durante el régimen militar de Brasil."Este es un momento de gran importancia histórica para la justicia y la democracia en Brasil. Quienes fueron sometidos a malos tratos, torturados o perdieron a sus seres queridos a manos de las fuerzas de seguridad han esperado demasiado tiempo a que se desvele la verdad sobre estos delitos", ha declarado Atila Roque, director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil.Amnistía Internacional insta a los miembros de la comisión a asegurarse de que esta Comisión de la Verdad trabaja de manera imparcial, exhaustiva y transparente a fin de garantizar que se sacan a la luz todos los delitos cometidos en el pasado. Para que esto sea así, se le debe dotar a la Comisión de recursos suficientes para desempeñar esta función de forma efectiva.Las comisiones de la verdad eficaces deben funcionar como medio para desvelar violaciones cometidas en el pasado, obtener reparación y en última instancia como catalizador para que se haga justicia.Así, las conclusiones de esta comisión recientemente constituida servirán para impulsar los importantes esfuerzos del Ministerio Público para abrir procesos penales contra presuntos autores de violaciones de derechos humanos.Es hora de que Brasil entierre los demonios del pasado, en consonancia con otros muchos países de la región que han hecho rendir cuentas a personas que en el pasado cometieron violaciones de derechos humanos."Que se haga justicia y la verdad salga a la luz sirve para hacer efectivos los derechos de las víctimas y sus familiares y al mismo tiempo garantizar que no se vuelven a cometer estos delitos", ha señalado Atila Roque.