Un alarmante giro de 180º sobre una decisión del Parlamento brasileño, que rechazó rebajar la edad en que los adolescentes pueden ser juzgados como adultos y sometidos a condiciones terribles en prisiones para adultos podría poner en peligro la seguridad y la vida de millones de adolescentes en todo el país; así lo ha afirmado Amnistía Internacional.

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Anoche, el presidente de la Cámara de Representantes brasileña, Eduardo Cunha, solicitó una nueva votación sobre una propuesta para rebajar de 18 a 16 años la edad en que los menores pueden ser juzgados como adultos. La propuesta ya había sido rechazada por la Cámara Baja del Parlamento ese mismo día.

"El Parlamento brasileño está pisando terreno peligroso. Eduardo Cunha se saltó los trámites parlamentarios al volver a presentar prácticamente la misma propuesta menos de 24 horas después de que fuera rechazada en votación. Esto sienta un precedente muy peligroso", ha afirmado Atila Roque, director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil.

"Al pretender que miles de adolescentes indefensos sean juzgados como adultos, las autoridades brasileñas están socavando los derechos de uno de los grupos sociales más marginados. En lugar de buscar la manera de procesar a adolescentes como adultos, el Congreso debería centrarse en respetar y defender los derechos del niño, incluido su derecho a la educación, a la salud y a una vida sin violencia."

El sistema penitenciario de Brasil está entre los más violentos del mundo y se caracteriza por terribles abusos y actos de violencia. La legislación propuesta vulnera toda una diversidad de normas internacionales que obligan a adoptar disposiciones especiales para tratar a los menores de edad en el sistema de justicia, incluida su separación de los adultos en las cárceles.

Según la Dirección Nacional de Seguridad Pública de Brasil, los jóvenes de entre 16 y 18 años son autores únicamente del 0,9 por ciento de todos los delitos que se cometen en el país. En cambio, los datos más recientes sobre homicidios reflejan que 10 adolescentes de entre 16 y 17 años son víctimas de homicidio cada día.