En la mañana de ayer, la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Tucumán ordenó la absolución de Belén, la joven de 25 años quien fue condenada tras sufrir un aborto espontáneo. Aún no se conocen los fundamentos de la sentencia.

Belén llegó a un hospital público de Tucumán sin saber que estaba embarazada, con un fuerte dolor de estimago. No sabía que estaba sufriendo un “aborto espontáneo incompleto sin complicaciones”, tal como anotó el médico en su historia clínica.

Amnistía Internacional A través del llamado de Amnistía Internacional, más de 120 mil personas de todo el mundo se sumaron al reclamo para exigir a las autoridades de Argentina su libertad inmediata y su absolución.

Belén salió de su casa buscando atención médica para nunca más volver. Estuvo más de 2 años detenida en prisión preventiva. Fue sometida por el personal médico y por los operadores judiciales a un circuito de violencia que se inicia con la violación al secreto profesional y se sigue con la complicidad judicial que no solo avaló su accionar sino que además aplicó un derecho penal selectivo que la condenó, en abril de 2016, a 8 años de prisión por “homicidio agravado por el vínculo”.

Esta importante decisión fue posible gracias al trabajo de su abogada Soledad Deza, la Mesa por la Libertad para Belén así como del acompañamiento del movimiento de mujeres y de las organizaciones de derechos humanos. A través del llamado de Amnistía Internacional, más de 120 mil personas de todo el mundo se sumaron al reclamo para exigir a las autoridades de Argentina su libertad inmediata y su absolución. Amnistía Internacional además se sumó a las más de 10 organizaciones que acompañaron con un amicus curiae para aportar argumentos de derechos humanos al Tribunal Superior de Justicia que hoy decidió absolverla.

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