El secretario general de Amnistía Internacional se reúne con el primer ministro de Bangladesh, Sheikh Hasina

Amnistía Internacional ha pedido al gobierno bangladeshí que cumpla su compromiso de garantizar que sólo se hará regresar a personas refugiadas Rohingya si lo hacen voluntariamente, en condiciones de seguridad y con dignidad.

En una reunión que ha mantenido con el primer ministro de Bangladesh, Sheikh Hasina, el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty, ha reconocido la generosidad demostrada por el país al casi un millón de personas refugiadas rohingyas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares en el estado myanmaro de Rajine como consecuencia de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el ejército de Myanmar.

“En un momento en que muchos Estados vuelven insensiblemente la espalda a quienes huyen de la persecución, Bangladesh ha dado muestra de una enorme generosidad, al abrir sus puertas a casi 700.000 personas refugiadas”, ha señalado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.

“Este acto de generosidad demuestra que la buena voluntad del país es inmensa, así que esperamos que cumpla su compromiso de presar apoyo a las personas refugiadas rohingyas hasta que puedan regresar voluntariamente y en condiciones seguras y dignas.”

Salil Shetty ha reafirmado también la postura de Amnistía Internacional de que el ejército de Myanmar debe rendir cuentas por los crímenes de lesa humanidad que ha cometido contra la población rohingya.

Durante su vista a los campos de refugiados del distrito de Cox’s Bazar, Salil Shetty ha hablado con varias personas refugiadas, que le han contado los horrores por los que han pasado, además de explicarle cómo las anteriores campañas de violencia del ejército de Myanmar las obligaban reiteradamente a cruzar la frontera para buscar refugio en Bangladesh.

Tomando nota de los esfuerzos por mejorar las condiciones en los campos, Amnistía Internacional ha instado al gobierno bangladeshí a seguir realizándolos ahora que se avecina el estación del monzón y muchas de las personas refugiadas correrán peligro a causa de los desprendimientos de tierras y otros fenómenos provocados por las intensas lluvias.

Los niños y niñas rohingyas, a quienes se niega la oportunidad de continuar con su educación desde que comenzaron a llegar al distrito de Cox’s Bazar en agosto de 2017, también necesitan recibir especial atención.

“No se puede dejar que Bangladesh se ocupe de esta crisis solo. La comunidad internacional debe continuar prestando apoyo al país para que acoja a la población refugiada rohingya tanto tiempo como sea necesario”, ha añadido Salil Shetty.

Los líderes mundiales deben ejercer presión para que se rindan cuentas por los terribles crímenes cometidos contra la población rohingya, a fin de que se le haga la justicia que se merece y se le proporcione la seguridad que necesita.

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