Por Diana Eltahawy, investigadora de Amnistía Internacional sobre Libia. Han pasado 12 meses desde que estuve en Libia visitando hospitales en los que recibían tratamiento personas que resultaron heridas en la guerra para derrocar a Muamar al Gadafi.Muchas eran civiles que resultaron heridas durante los bombardeos indiscriminados de zonas residenciales llevados a cabo por fuerzas leales al ex dirigente libio en su intento desesperado y condenado al fracaso por aferrarse al poder.
Ahora he vuelto a Trípoli, meses después de la "Declaración de Liberación", que puso fin oficialmente a las hostilidades tras la captura y muerte de Al Gadafi el 20 de octubre de 2011.Y aquí estoy nuevamente visitando hospitales y conversando con hombres, mujeres, niños y niñas que han recibido disparos o han resultado heridos en ataques con morteros.Moussa Bakr Ibrahim, de seis años de edad, jugaba con unos familiares cuando el 23 de abril de 2012 su casa en la ciudad de Kufra, al sur del país, sufrió un impacto.Sufrió heridas causadas por la metralla en la pierna y brazo izquierdos. Moussa había perdido a su padre el 11 de febrero de 2012, durante un bombardeo anterior del barrio de la comunidad tabu en Qudrufai.Muchos libios negros de la comunidad tabu me contaron que celebraron la "Revolución del 17 de febrero", con la esperanza de que acabaría con la discriminación que sufrían bajo el régimen de Gadafi, cuando se les denegaban los documentos de identidad, eran víctimas de desalojos forzosos y estaban expuestos a sufrir detención arbitraria si se atrevían a protestar.Pero incluso ahora, los libios de la comunidad tabu siguen sintiéndose marginados, y se quejan del abandono que sufren por parte de las autoridades nacionales libias.Durante los últimos enfrentamientos armados entre milicias en Kufra, los barrios residenciales donde reside la comunidad tabu fueron bombardeados por milicias árabes, lo que produjo muertos y heridos entre la población.El 20 de abril, Juma Senoussi Abdallah, de 70 años, sufrió graves heridas en el estómago causadas por la metralla y ahora recibe tratamiento en el Centro Médico de Trípoli."Acababa de terminar mis oraciones cuando escuché una explosión … es todo lo que recuerdo … Ahora estoy aquí y me duele mucho … No sé por qué nos bombardean. Sólo somos residentes pacíficos que tratamos de ocuparnos de nuestras actividades diarias."En el mismo hospital se recupera Amina, de nueve años, de dos operaciones de estómago, con grandes dificultades para hablar. Su hermana me contó:"Amina, otra hermana más pequeña y mi madre se encontraban en casa en Qudrufai cuando comenzó el bombardeo … Presas del pánico, salieron corriendo de casa para buscar refugio y Amina recibió un disparo en la espalda; la bala le atravesó el estómago. ¿Quién haría algo así a una niña?""Nuestra situación en Kufra es muy difícil, incluso ahora que se han acabado los bombardeos. Tenemos mucho miedo de salir de nuestros barrios … Las escuelas están cerradas, no hay trabajo …Bajo el régimen de Gadafi sufrimos, pero ahora volvemos a sufrir …No podemos llevar una vida normal si de vez en cuando bombardean nuestros barrios."Abdelrahman Sharaf Eddin compartía su frustración. Su hermano, de 18 años de edad, resultó muerto al ser bombardeada en abril su vivienda de Qudrufai. El propio Abdelrahman resultó herido en un brazo, y está decidido a conseguir que se haga justicia por la muerte de su hermano.Se lamentaba de la discriminación que sufría la comunidad tabu durante la época de Al Gadafi. Ahora, asegura, su situación se ha visto agravada aún más por el desgobierno y la disponibilidad generalizada de armas.En la cama contigua, Idriss Jumaa Mohamed espera que lo operen de la rodilla derecha, que se rompió durante el bombardeo de su vivienda en Qudrufai.El padre de Idriss, Jumaa Mohamed, resultó muerto en febrero, cuando los enfrentamientos entre las milicias árabes y tabu causaron la muerte a unas 100 personas antes de que las iniciativas de reconciliación y la intervención del Ejército Nacional Libio contuviese temporalmente la violencia."Toda nuestra familia, formada por siete miembros, se encontraba en casa cuando oímos explosiones en la distancia. Las explosiones comenzaron a escucharse más cerca y entonces los cristales de nuestras ventanas se hicieron añicos. Conté unas cinco explosiones hasta que mi padre resultó herido. Corrí a ayudarlo e intentaba sacarlo a rastras de la casa cuando nos alcanzó otra explosión y resulté herido en una pierna … Vinimos a Trípoli para recibir tratamiento, pero mi padre no consiguió llegar."El Consejo Nacional de Transición se esfuerza por controlar a los cientos de milicias que cometen graves abusos en un clima de total impunidad.Hasta ahora, no se ha abierto una investigación sobre los actos de violencia cometidos en Kufra y no se han adoptado medidas para procesar a los responsables de emplear de forma imprudente armas de fuego en zonas residenciales.En cambio, a principios de mayo el Consejo Nacional de Transición aprobó una ley para conceder inmunidad procesal a miembros de las milicias armadas si actuaron "para proteger la Revolución".Esta ley impide que las víctimas consigan justicia y reparación, y es contraria a los objetivos de la "Revolución del 17 de febrero" de poner fin a cuarenta años de prácticas represivas e injusticia.