El bombardeo de un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) hoy en Afganistán es una deplorable pérdida de vidas que debe ser investigada de forma urgente e imparcial, ha dicho Amnistía Internacional.

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El hospital quirúrgico de MSF en Kunduz (norte de Afganistán) sufrió esta mañana reiterados ataques aéreos en los que murieron al menos nueve miembros del personal y un número indeterminado de pacientes. Aún hay muchas personas por localizar.

No se conoce con certeza la autoría del bombardeo, aunque el ejército de Estados Unidos ha admitido que un ataque aéreo estadounidense "puede haber producido daños colaterales a un centro médico cercano". Esta semana, MSF había informado a todas las partes de las coordenadas GPS de su hospital.

"El bombardeo del hospital de MSF en Kunduz es un día de luto para el humanitarismo. Es terrible pensar que médicos y demás personal han tenido que pagar con su vida sus intentos de salvar la vida de otros. Los hospitales son lugares inviolables en virtud del derecho internacional que rige los conflictos", ha dicho Horia Mosadiq, investigadora de Amnistía Internacional sobre Afganistán.

"Nuestro más sentido pésame al personal de MSF que ha seguido trabajando de forma valiente y desinteresada mientras los combates hacían estragos en Kunduz la semana pasada."

"Debe haber una investigación completa, independiente y transparente sobre cómo y por qué se ha producido este bombardeo. El ejército estadounidense no debe sacar conclusiones sin antes llegar hasta el fondo de lo sucedido."

"Pedimos a todas las partes del conflicto que respeten y protejan al personal y los centros de ayuda humanitaria, y que tomen todas las precauciones posibles para proteger a la población civil atrapada en el conflicto."