Los ataques de grupos armados contra personal de ayuda humanitaria constituyen crímenes de guerra y deben terminar de inmediato; así lo ha afirmado Amnistía Internacional tras el brutal asalto a una oficina del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el este de Afganistán protagonizado por un grupo de hombres armados."Organizaciones como el CICR deben poder realizar su imprescindible labor dirigida a salvar vidas sin temor a sufrir violencia. Este ataque es una afrenta a la humanidad", ha afirmado Isabelle Arradon, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía."Los responsables del ataque perpetrado en Jalalabad deben comparecer ante un tribunal y ser juzgados conforme a las leyes y normas internacionales."Varios hombres armados sin identificar y al menos un atacante suicida armado de explosivos asaltaron el 29 de mayo la oficina del CICR en Jalalabad, provincia de Nangarhar; el ataque se saldó con la muerte de un guardia de seguridad afgano y otro miembro del personal del CICR herido.Ningún grupo ha reivindicado la autoría del ataque, que sucedía a otro perpetrado el 24 de mayo contra un edificio residencial de la Organización Internacional para las Migraciones situado en la capital afgana, Kabul. Los talibanes reconocieron ser responsables del ataque, pero aseguraron que el objetivo era una residencia de la CIA."Los ataques intencionados contra personal de ayuda humanitaria están estrictamente prohibidos por el derecho internacional y constituyen crímenes de guerra. Los talibanes y otros grupos armados deben poner fin de inmediato a los ataques contra objetivos humanitarios en Afganistán. Infinidad de ciudadanos afganos dependen del trabajo de estas organizaciones", ha señalado Arradon.El 16 de abril de 2013, unos hombres armados sin identificar mataron a dos trabajadores de la Sociedad Afgana de la Media Luna Roja en la provincia de Jawzjan."Afganistán presenta algunos indicadores de salud que están entre los peores del mundo, así como un problema crónico de falta de acceso a la asistencia médica. Los ataques selectivos contra organizaciones de ayuda humanitaria tienen efectos perjudiciales para la salud y el bienestar de la población afgana, especialmente en las regiones de difícil acceso y las zonas más afectadas por el conflicto."